Es una persona que cuenta con una gran presencia en las redes sociales y es capaz de generar credibilidad sobre un determinado tema.

Aportan humanización, una cercanía y, de este modo, sirven para romper las barreras de la seriedad y la frialdad que suelen caracterizar la relación entre una marca y sus usuarios.

Ofrecen una repercusión que, de intentar conseguirse por otros medios, sería complicada y costosa. Los influencers ya cuentan con una legión de seguidores, por lo que no tienen que movilizarlos en sí mismos sino simplemente presentarles el contenido que quieren transmitir.

Un mismo mensaje puede transmitirse de muchos modos y, en función de cómo se haya comunicado, puede llegar al receptor y percibirse de maneras distintas. Por eso, cuando las marcas confían en un influencer le hacen entrega del contenido del mensaje que ha de transmitir, pero el cómo lo haga ya depende del influencer, que tiene que ser fiel a su estilo personal.

Muchas empresas utilizan a sus influencers de cabecera para cubrir eventos. De este modo, ganan comunicación en tiempo real poniendo todo el socialmedia a su disposición.

Los influencers son la fórmula mágica del marketing digital moderno. Grandes marcas del sector que los utilizan para viralizar su contenido o maximizar sus publicaciones en Twitter e Instagram son el claro ejemplo de su efectividad.